En este post os indicaremos señales y formas en las que los docentes podemos observar la presencia de síntomas y comportamientos del TAR

Identificar a niños con Trastorno de Apego Reactivo (TAR) es un desafío, por lo que se necesitan protocolos más confiables y válidos (Kratochwill, 1999, citado en Floyd, 2008). La observación, especialmente en menores de ocho años, es clave y debe realizarse en diversas situaciones (Kratochwill, 1999, citado en Floyd, 2008). Un sistema de observación condicionada ha demostrado cómo distintas condiciones y niveles de ansiedad intensifican los comportamientos típicos del TAR (Sheperis, 2003, citado en Floyd , 2008).

Levy, & Orlans, 1998, citados en (Martí González, I. 2019), nombran una serie de comportamientos comunes en los niños con TAR que nos ayudan a identificarlos en la escuela.

• Suelen reaccionar con enfrentamiento o huida sin causas evidentes, y las crisis desaparecen abruptamente al enfocarse en otra cosa. 
• No muestran afecto hacia otros, aunque a veces manipulan a los adultos para su beneficio. 
• Tienen dificultad para diferenciar adultos, olvidar nombres y emociones compartidas, aunque pueden tratar a desconocidos como “amigos”. 
• No saben si sus emociones y pensamientos son propios o influenciados por su entorno. 
• No distinguen la gravedad de las situaciones, reaccionando igual ante problemas leves o serios. 
• Expresan pocas emociones y buscan satisfacer impulsos de inmediato, con poca tolerancia a la frustración. 
• Funcionan mejor con un adulto que en grupos. 
•  Se sienten inseguros al tomar decisiones. 
• Su mirada puede parecer vacía o muy triste. 
• En casos graves, no buscan afecto, sino aprender a necesitarlo. 
• Algunos son conscientes de su problema, pero nunca han recibido una explicación sobre su comportamiento. 
• Quieren cambiar y ser como los demás, pero no saben cómo hacerlo.